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viernes, 28 de agosto de 2015

Colombianos deportados crean barrio de cartón y latas en la frontera


Muchos desplazados de Venezuela no llegan a los albergues porque lograron traer sus pertenencias

El Tiempo - Colombia

La mototaxista Rosalba Jiménez se resguardaba del sol bajo la sombra del cambuche que levantó en el municipio de Villa del Rosario, en plena frontera, con dos familias que eran sus vecinas en la barriada de Mi pequeña Barinas, de donde los expulsaron las autoridades venezolanas.

Al mediodía de este jueves, Jiménez miraba orgullosa su moto, que pasó por el río Táchira en su huida, y a sus dos perritos: Lucas y Mailo. Su hija María José jugaba con su guacamaya, Nina, dentro del cambuche levantado con palos y cubierto por un plástico negro.

A lado y lado de su refugio había otros cuatro cambuches. Estaban ubicados cerca de un camino polvoriento, aledaño al río Táchira y lleno de trochas y senderos que conducen a San Antonio, en Venezuela.

Jiménez contó que también alcanzó a sacar un colchón y ropa antes de que las autoridades venezolanas marcaran con una ‘D’ su casa y la destruyeran con una retroexcavadora.

En el sector de La Parada, de Villa del Rosario, los refugios como el de Jiménez se cuentan por decenas. Todos fueron levantados por familias que no quieren alejarse de las pocas pertenencias que alcanzaron a pasar a Colombia.

“En los albergues uno no puede llevar sus pocas cosas. Yo no saqué mucho, pero estas personas que están por aquí pasaron viviendo allá años para comprar una cama, un equipo, una nevera”, dijo Jiménez.

Uno de sus vecinos, John Alexander Bacca, agregó que alcanzó a sacar una cama sencilla en la que ahora duerme junto a sus papás porque, en medio de los desórdenes del otro lado, ladrones se llevaron otras dos camas que había en su casa. También les robaron tres gallinas.

Carolina Lozano agregó que todos sus parientes estaban en Venezuela, y por eso no puede irse a un albergue y dejar su cambuche, donde tiene su cama y una mecedora.

“Ahora mismo no tengo a dónde ir, espero encontrar un trabajo pronto”, dijo.

Para quienes están asentados en este sector, la incertidumbre por sus bienes es cada vez mayor. En los últimos tres días se ha conocido que varios deportados han sido agredidos cuando regresan a Venezuela por trochas para rescatarlos.

Everth Quintero, constructor, quien está viviendo en el garaje de la casa de unos parientes en Villa del Rosario, no deja de pensar en su casa.

“Esta mañana escuchamos que ya no iba a pasar nada, pero hace un rato llegaron unos amigos míos contando que habían dado plazo hasta la noche para sacar cosas, porque vienen cinco retroexcavadoras a tumbar todo –dijo–. Allá no se salvó una casa que no pintaran. A la mía le pintaron una ‘D’ ”.

Por Arauca van 708 deportados este año

Aunque en Arauca no se han registrado las deportaciones masivas que se han dado en los últimos días en la frontera con Venezuela en Norte de Santander, este año 708 colombianos han sido expulsados del país vecino por territorio araucano. De enero a julio del 2015 fueron reportados 625 connacionales, a los que se suman 83 más que este mes fueron entregados por las autoridades venezolanas a Migración Colombia por el Puente Internacional José Antonio Páez, que une a la capital araucana con El Amparo.

El mes en el que más deportaciones se presentaron en el departamento fue marzo pasado, fecha en la que 460 colombianos residenciados en Caracas fueron deportados por esta zona del país. El gobernador de Arauca, José Facundo Castillo, rechazó las deportaciones implementadas por el gobierno de Nicolás Maduro, las que consideró como un atropello contra los colombianos. “Nos solidarizamos con nuestros hermanos de Norte de Santander y esperamos que en un tiempo no muy lejano se pueda solucionar este conflicto que viven las dos naciones”, dijo el funcionario.


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