El ecuatoriano, que falleció a los 27 años, fue un delantero veloz y potente. El jugador se quejó de fuertes dolores abdominales y fue trasladado al hospital, donde murió. Su muerte causó conmoción en el medio futbolístico. El director técnico César Farías y los jugadores Tomás Rincón y José Manuel Rey manifestaron su pesar.
REPORTAJE DE DIARIO EL UNIVERSAL
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Doha.- Christian Benítez ni nadie podía imaginar que el último partido que jugaría sería el domingo con el Al-Jaish SC, equipo con el que había firmado hace tres semanas y que había pagado por él 18 millones de dólares. Tras su debut en Qatar le sobrevino la muerte repentina e inesperada.
El delantero ecuatoriano, de 27 años, que falleció aparentemente de un paro cardiaco, se quejó de fuertes dolores abdominales a raíz de una peritonitis, según las primeras noticias, y había sido trasladado a un hospital, donde no fue atendido de forma oportuna. Su esposa Lizeth Chalá, y sus tres hijos estaban con él.
Seguidor del exjugador brasileño Romario, Benítez -nacido en 1986 en Pichincha- destacó como un delantero de gran velocidad y potencia singular.
Orlando Narváez, técnico que guió en su infancia al 'Chucho' señaló en una entrevista con la emisora La Red, de Quito, que la trayectoria futbolística de Benítez partió de la iniciativa de su madre.
"Nosotros éramos compañeros de su padre Ermen. Un martes trabajando en el Pintado (localidad de Quito) se acercó la madre y me dijo: necesito que me ayudes con Christian, él quiere jugar fútbol y yo me voy a Italia, su padre está en Estados Unidos y él se va a quedar con mi mamá", reseñó EFE.
Precisó Narváez que "la madre se fue y ese momento hicimos el fichaje (para El Nacional de Quito). Comenzó el proceso a los 12 años hasta llegar a la primera del club", con el cual debutó como profesional en el año 2004.
El formador de Benítez aseguró que "desde muy pequeño decía que el fútbol era para los vivos... en los entrenamientos lo bautizamos con 'Chucho' por su padre. A él le gustaba y decía: sí profe, dígame Chucho", y añadió que "duele muchísimo saber que alguien como un hijo se va".
Como profesional dejó una estela de 127 goles y cuatro títulos de máximo anotador a su paso por los equipos mexicanos Santos Laguna y América, que pagó 10 millones de dólares por él, una cifra récord en el fútbol ecuatoriano.
Benítez superó la barrera del centenar de goles en el pasado torneo Clausura 2013, donde el ecuatoriano conquistó su tercer título consecutivo de máximo anotador y celebró el campeonato con el América, uno de los dos equipos más populares del país, con el cual marcó 52 tantos en 79 partidos.
Hasta su despedida de México, Benítez ocupa el séptimo lugar entre los goleadores suramericanos más activos con sus 103 anotaciones, un listado que encabeza el argentino Alfredo Moreno con 132 tantos.
Su estancia en el fútbol mexicano había tenido una interrupción en la temporada 2009-2010 cuando pasó por el Birmingham City de Inglaterra, donde no logró establecerse.
La ambición por nuevos retos deportivos le llevaron a emigrar del fútbol mexicano al aceptar un contrato con el club qatarí, que prácticamente resolvería su futuro económico.
La muerte de Benítez es la segunda que enluta a una selección ecuatoriana en los últimos ocho años. En mayo de 2005, el delantero Otilino Tenorio falleció en un accidente de tránsito a los 25 años, cuando despuntaba como una de las figuras del combinado que luego clasificó al Mundial de Alemania 2006.
"Uno de los delanteros más eléctricos e incisivos que he visto. Potente, definidor y asistidor. Encaraba por derecha y por izquierda", fue la definición del seleccionador de Venezuela César Farías.
