Otro Blog del Grupo Noticias en Tweets »» Sígueme en Facebook Sígueme en Twitter Síguenos en Instagram Suscríbete a NT Youtube Suscríbete Gratis Síguenos en Google +

martes, 28 de enero de 2014

Feministas brasileñas se quitan el bikini para pedir la legalización del topless


Movimientos feministas se desnudan en el 'Toplessazo' para exigir la liberación oficial de esta práctica

Marcos Fidalgo / La Vanguardia

Si una mujer se quita la parte de arriba del bikini en alguna playa de Brasil, además de recibir miradas atónitas y curiosas, podrá escuchar frases machistas y moralistas, o comentarios sobre la calidad estética de sus pechos, además de correr el riesgo de ver más tarde sus senos expuestos en la prensa o en las redes sociales.

La mujer todavía puede llegar a ser presa, sí, presa, ya que el topless en Brasil es una transgresión. No una transgresión legal, sino de comportamiento, cultural. Actualmente existe una ley que prohíbe el atentado al pudor, pero ante la indefinición de lo que es atentado al pudor, es preferible cubrir los pechos para no ser víctima de la subjetividad de algún policía.

En enero del año 2000 una mujer fue víctima de esta subjetividad tras hacer topless en Río de Janeiro. La detuvieron, la violentaron. El secretario de Seguridad del Gobierno de Río dijo, en aquella ocasión, que prohibía la interferencia de los policías en caso de topless. Pero sus palabras no llegaron a convertirse en un decreto oficial que permitiera la liberación de la práctica. El tiempo pasó, cambiaron los gobernantes, el tema se olvidó y los pechos se mantuvieron cubiertos.

No es raro que las extranjeras descubran la prohibición del topless en Brasil cuando ya están tomando el sol, en el mar o en la orilla de la playa con los pechos desnudos. “No lo sabía”, suelen decir las desavisadas, tapando los pechos. “En mi país eso es algo normal y permitido”, añaden.

Para esta crónica, decidí conversar con Ana Paula Nogueira, una cineasta de 34 años que desea que el topless en Brasil, o al menos en las playas de Río de Janeiro, su ciudad, también sea normal y permitido. El pasado 21 de diciembre Ana fue a la playa de Ipanema, una de las más famosas de Río, para participar del 'Toplessazo', un evento creado para pedir la liberación del topless y que debía reunir miles de mujeres con los senos emancipados del bikini.

No había lugar más apropiado para hacer la reivindicación, ya que, históricamente, Ipanema es la playa que ha presentado las escenas más vanguardistas de Brasil. En 1979, tras regresar del exilio, Fernando Gabeira, militante político que más tarde sería diputado federal, paseó por la arena de Ipanema con un slip de croché. Antes, en una tarde soleada de 1971, la actriz Leila Diniz, fallecida en un accidente aéreo en India, fue a Ipanema en bikini, convirtiéndose en la primera embarazada en mostrar la barriga desnuda, algo impensable en aquellos tiempos, aún más cuando la embarazada iba a ser madre soltera, que era el caso de Leila.

A pesar de las 8.000 personas que confirmaron su asistencia al 'Toplessazo', Ana, al acercarse a la arena vio, en lugar de los senos de la protesta, un aluvión de curiosos y periodistas. “¿Puedes quitarte la parte de arriba para que podamos filmarte?”, le pidió una reportera de televisión, en desespero, ya que no había nadie haciendo el topless, lo que volvía inviable el reportaje. “Vamos, por favor, ¡anímate!”, añadió la reportera.

Ya que Ana estaba allí para eso, se desató la parte superior del bikini y expuso sus senos, rellenados por prótesis de silicona. Otros periodistas la abordaron, pidiéndole fotos y entrevistas. Al día siguiente, sus pechos y opiniones salieron en toda la prensa. En las fotos, Ana aparece haciendo unas caras sensuales. “Las hice en respuesta a los chistes y a las provocaciones que escuchaba de un grupo de curiosos. Parecía que nunca habían visto un pecho en su vida”, explica.

Ana es periodista, pero dejó su profesión involucrarse en las incertidumbres de su pasión, el cine. Ahora produce un documental sobre prostitutas de un antiguo prostíbulo de Río. A veces, muy discretamente, hace topless. "Confortablemente, sólo puedo hacerlo en playas de Europa y del Caribe", comenta.

Antes de entrevistar a Ana me preguntaba por qué prohibimos el topless en Brasil, si cultivamos y exportamos la sensualidad en la música, la danza y la moda. Quizá porque la sensualidad trae consigo, aunque parezca mentira, una carga moral, una línea fronteriza que no puede ser ultrapasada, para que no se convierta en pornografía. Puede ser que el topless esté en esta línea, en la opinión de quien lo interpreta como un abuso de la sensualidad y no como un derecho natural de la mujer. Sin embargo, Ana cree que “no cultivamos la sensualidad como decimos que cultivamos”. Y eso se debe a que hoy “tenemos una falsa sensualidad, un estereotipo equivocado que se ha creado de Brasil. Los artistas que exploran la sensualidad son una minoría, en general son artistas populares o marginales. He conocido muchos músicos que fueron reprimidos por la propia discográfica porque intentaron osar un poco más. Hay mucha censura en Brasil, no una censura oficial como la que tuvimos, pero una censura que viene de la sociedad, o de aquellos que la dirigen, como las élites y los radicales religiosos, que crecen cada vez más en Brasil. Nos estamos volviendo talibanes, es preciso acabar con el preconcepto y la hipocresía, sino esto va a ser un Afganistán”.

El cielo cubierto, el miedo a los que publicaron ofensas en la página del toplessazo en el Facebook días antes del evento, además de la costumbre del carioca de decir que va pero no va, fueron, para Ana, algunas de las razones para que el toplessazo no haya sido un éxito. Ahora está preparando otro movimiento, mientras busca un posicionamiento oficial de las autoridades sobre el topless, algo que todavía no ha conquistado. Yo también he tentado, pero antes de poner el punto final en la crónica tampoco tuve respuesta.

Ana, ¿por qué se permite el topless en los carnavales, durante los desfiles de las escuelas de samba, y se prohíbe en la playa? “No lo sé, esa es otra paradoja que los gobernantes deberían explicar, concluye Ana.



Compártelo y Coméntalo en las Redes Sociales



Recibe nuestras actualizaciones por E-Mail. Suscríbete Gratis