Es el país más hermético del planeta, uno de los últimos ejemplos de rígido estatismo estalinista, pero desde que asumió el poder Kim Jong-un en 2011 está experimentando una silenciosa transformación.
Marcelo Justo / BBC Mundo
Hoy los directores de las empresas tienen una libertad de acción inimaginable antes de la asunción del "querido líder" que les permite fijar salarios diferenciados para estimular la producción y despedir empleados.
La reforma abarca también la producción agrícola.
Después de entregar una cuota de producción al Estado, los campesinos pueden vender el resto de forma privada y reinvertir o disfrutar la ganancia.
Y como se ve en las calles de la capital Pyongyang hoy hay más maneras de disfrutar esos excedentes económicos por vía del consumo.
Como en cualquier otro lugar del mundo los norcoreanos andan pegados a sus celulares.
La moda está cambiando. Carteras de leopardo y abrigos de un brilloso rosa rompen la monotonía previa del vestuario socialista.
Según Bradley Babson, académico de la Universidad John Hopkins en Estados Unidos y miembro del Comité Nacional sobre Corea del Norte, el cambio responde a una necesidad profunda.
"Hay una creciente demanda de la población, una necesidad del régimen de legitimizarse después de las hambrunas de los 90 y una creciente influencia china", señaló a BBC Mundo.
Reforma a la coreana
China, Vietnam, Cuba son ejemplos de transiciones de un sistema férreamente comunista a otro que incorpora en grado diverso aspectos de una economía de mercado.
Cada ejemplo es una historia.
En el caso norcoreano se trata de una dinastía comunista que llevó el culto de la personalidad a extremos faraónicos.
Las escenas de adoración colectiva han caracterizado el comunismo a la norcoreana desde el primer gobierno de Kim il Sung en la posguerra.
A la muerte del "Gran Líder" en los 90 su hijo Kim Jong-il asumió las riendas del país y en señal de respeto varió ligeramente el apodo: se lo llamó "Querido Líder".
En 2011 el nieto Kim Jong-un heredó cargo y apodo: "Querido Líder".
El sistema funcionó a su manera hasta la gran hambruna de los 90 que causó la muerte de cientos de miles de personas y dejó al país al borde del colapso.
Según Hazel Smith, directora del Instituto Internacional de Estudios Coreanos de la Uninversidad de Central Lancashire y autora de North Korea Markets and Military rule, este fue el punto de inflexión de los cambios en el sistema.
"La adopción del mercado surgió a nivel individual y popular como mecanismo frente a la hambruna que terminó con el sistema imperante con Kim il Sung en el que el estado pagaba un salario suficiente y alimentaba a la población".
"Esto dejó de ser verdad con la hambruna. Hoy el conjunto de la sociedad, incluyendo a miembros del partido, la seguridad, los médicos, dependen en el día a día del mercado", señaló a BBC Mundo.
Sociedad dual
La resultante de este nueva situación es un complejo sistema dual en el que el Estado sigue manejando los resortes estratégicos de la economía (minería, armamento, etc.) y el mercado sobrevive en una zona gris para los productos básicos del consumo.
Los resortes estratégicos son clave en un país como Corea del Norte dominado por el tema de la seguridad tanto interior (represión a disidentes) como exterior (conflicto permanente con Corea del Sur con quien sigue técnicamente en guerra).
Pero según algunas estimaciones el sector privado representa un 30% de la actividad económica.
"Un ejemplo de esto son los celulares que se ven por todas partes. Son de procedencia china y han añadido mucho a la eficiencia económica y a la interacción social", señala Bradley Babson.
La infraestructura para la telecomunicación se la ha proporcionado Orescon, una compañía egipcia.
Es otra señal de los cambios: la presencia de inversores extranjeros.
Sin embargo el carácter híbrido y vacilante de las reformas complica a veces su eficacia.
"Los cambios en la agricultura le dieron más flexibilidad y libertad a los campesinos, pero es debatible si funcionaron bien. Hay campesinos que sienten que ahora tienen que hacer mucho más porque el estado se lleva más de lo que haría al sistema viable", señala Bradley Babson.
Reacción oficial
En un sistema comunista centralmente planificado y con rígido control político esta existencia del mercado constituye una pérdida de poder de hecho.
¿Cuál es la política oficial al respecto?: Difusa y ambigua.
En inusuales declaraciones a un medio occidental, el director de relaciones internacionales de la Academia de Ciencias Sociales de Pyongyuan, Ri Junchol, señaló al matutino británico The Guardian que las reformas son transitorias.
"En el futuro el mercado no existirá. Su rol es vender cosas que las fábricas y otras empresas no pueden producir. Permitimos la existencia de los mercados porque el país no tiene en este momento capacidad para producir productos de consumo", señaló Ri.
Imposible decir si esta línea más dura es la tendencia dominante.
Otro académico de la Academia de Ciencias Sociale, Ri Ki-song presentó una visión más positiva al mismo matutino británico.
"El foco está centrado en el gerenciamiento, distribución y la agricultura. Queremos estimular la creatividad y la iniciativa", indicó al diario británico The Guardian.
Según Hazel Smith hay una cierta inercia en las actuales reformas.
"El sector militar ha buscado limitar esta economía del mercado, pero no ha podido hacerlo porque el país no puede volver ya al viejo sistema en que el gobierno suministraba bienes y garantizaba la alimentación de la población. De manera que el sistema sigue funcionando así a falta de otra cosa. Pero a diferencia de China no se impulsa esta política de mercado", señaló a BBC Mundo.
Futuro
Mucho va a depender del impacto concreto en la vida cotidiana de estas medidas.
A falta de información oficial confiable, hay polémicos cálculos efectuados por su vecino Corea del Sur, de que el norte creció un 1% en 2012 y 2013.
Está claro que hay un aumento y diversificación del consumo que no será fácil de revertir porque forma parte de una demanda de la población.
Sin embargo, según Hazel Smith, el peligro es que la inercia termine dominando esta precaria economía dual.
"Para que Corea del Norte avance en este camino se necesitará más inversión extranjera y esta inversión no llegará a menos que se profundice el proceso. Por el momento estamos hablando de un desarrollo de baja intensidad. La reforma ha creado estabilidad económica, pero, a menos que haya más cambios, con un bajo nivel de actividad", indicó a BBC Mundo la autora de North Korea, Markets and Military rule.
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